jueves, 10 de julio de 2025

La casa de la Abuela

 Abanderado Grandoli 4101, estoy a 12.032 kilometros de distancia desde donde vivo en la zona sur de Copenhague, Else Alfelts Vej 87.  

 Si quisiera ir a esa direccion que tanto representó y representa en mi vida, actualmente tendría que hacer lo siguiente: caminar unos cinco minutos a buen ritmo al metro, el M2, con direccion a Christianshavn, unos 25 minutos mas o menos. Ahi mismo hago transbordo a la M1 sentido al aeropuerto de Cope, unos 20 minutos mas. El Kobenhavn Lufthavn no es un aeropuerto grande, solos tres terminales que se conectan caminando muy faciles. Para llegar al Ministro Pizzarini, es decir, Ezeiza, tengo aproximadamente 17 horas (no hay vuelos directos Copenhague-Buenos Aires) y las escalas mas nobles y menos nocivas para la salud duran entre una hora y dos, en diferentes aeropuertos dependiendo la aerolinea que elija. Ya en mi pais el viaje a Rosario seria en auto, despues de unos buenos abrazos y llantos con mis viejos. Ruta 0 dice que en cuatro horas estas, pero no contempla la parada de cafecito y alfajor de maicena, que en mi familia es sagrado parar en San Pedro o en alguna estacion a mitad de camino. Conozco gente que hizo en menos tiempo el tramo Capital-Rosario, pero bueno pongamosle 4 horas. De la entrada a mi ciudad a mi destino final no es tan dificil, hay que tomar la Av. de Circunvalacion sentido acceso sur, de ahi se puede bajar por Av. del Rosario, y de paso pasaria por mi casa de toda la vida, o subir por Uriburu directamente. de ahi son pocas cuadras a la esquina de Abanderado Grandoli y Centeno, ese tramo, una hora mas o menos. 

Cuanto tiempo es en total? Le calculé a groso modo 23 horas, es decir, casi un dia entero para recorrer los 12.032 kilometros que me separan de uno de mis lugares favoritos de la infancia. Como dice una frase que leí en un chicle: "Tan lejos pero a la vez tan cerca se siente". Pero siento como si fuera ayer cuando empezó nuestra historia en esa casa, que cabe aclarar, vió pasar a dos generaciones más arriba mío, o sea ya tenía años. La casa es enorme, con infinitas habitaciones, el patio inmenso con una buena superficie de pasto, ideal para un futbol o unos buenos juegos al aire libre. 

Ibamos casi todos los dias desde chicos, jugabamos un buen rato en la cocina gigante que tenian. Me acuerdo cuando haciamos que eramos banqueros y que jugabamos a ser dueños del Banco Suquia o vaya a saber cual otro banco que estaba en auge en los 90 en Argentina. Otras veces usabamos los embalajes de los helados La Montevideana, que mi tia Beti habia dejado en lo de mi abuela, los rollos inteminables de helados, recuerdo patente unos que tenian el dibujito del Diego y tambien habia otras cajas alargadas que usaban para los almendrados y nosotros les dabamos usos infinitos (mi mama tambien los usaba para cuando teniamos que presentar alguna maqueta o algun trabajo de manualidades). A todo esto mientras jugabamos se escuchaba de fondo la radio, Radio 2 con Nacho Suriani o con Luis Novaresio despues, la cortina de los programas es una melodia que por muchos anos recordé.

Peleas? millones. Cada vez que habia alguna discucion con mis hermanas mi abuela o mi tia bisabuela Meme levantaban la voz y se terminaba todo ahi. 

Pero sin dudas el momento favorito de todos los dias era la hora del almuerzo. Que alegria era saber que se acercaba ese santo ritual. No habia rincon del caseron que no se sintiera el olor a comida de mi abuela. Guiso de Mondongo, Estofado, Ninos envueltos, pastas caseras, tortillas, milanesas, carne al horno o como a ella mas le gustaba, a la parrilla, las mollejas o el chinchu que ya tenia preparado de antes. Y lo de la carne y las achuras era asi porque toda nuestra familia tanto paterna como materna eran carniceros, ser vegetariano no era una opcion. Esas comidas eran para el mediodia, asique imaginense como comimos, eramos unos reyes, además no se como la condimentaba a las preparaciones, pero tenian un olor y un gusto que hasta el dia de hoy ni mi madre (con todo el respeto) ni yo pudimos igualar. Lamento tanto haber estado en la mia cuando era un pibe y no prestarle la debida atencion a todo lo que le iba agrenado, pero si se que en media hora te cocinaba para un batallon y yo a veces tengo que ver tutoriales o visitar la web de Paulina Cocina para ver como se hace una salsa banca o como se cocina una simple tortilla. 

Ya de mas grande fui testigo como los años no fueron piadosos con el caseron. Es que no lo dije, pero esa casa pertenecio a la familia desde ........ Pero a pesar que se empezaba a deteriorar mi palacio de juegos o mi restaurante de 3 estrellas Michelin siempre le pusimos ganas con mi viejo y nunca faltaron las pintadas a las paredes, la impermeabilizacion del techo o la restauración grande que hicimos en ...... cuando intentamos dejar lo mas bella posible la casa. Hasta el dia de hoy me acuerdo las tardes de enero sacando el revoque de las paredes o pintando el techo, siempre bajo la mirada de ella que me pedía que haga un descanso, ya me tenía preparado un vaso de Pepsi fría (mí gaseosa favorita) con algún sándwich que ella armó. Recuerdo que cuando terminamos, allá por marzo, usamos el cumple de mi hermana mas chica, Belu, para inaugurar la restauracion. La alegria de ese dia de mi abuela fue tal que seguro miró al cielo y recordó los tiempos de gloria de la casa en los que las reuniones multitudinarias eran moneda corriente. Y cómo si fuera poco, un tiempo después llegó el turno de un clasico rosarino. Y como no podia ser de otra manera habia que verlo y elegimos la casa de ella para verlo. Lo llenamos de amigos y le dimos color al partido, ella ya estaba contenta no importaba si su Newells querido perdia o ganaba.

Parrafo aparte merece mencionar la cantidad de partidos de futbol que se miraban en esa casa. Cuando se paso de la antena al cable y despues a HBO, mi abuela estaba maravillada con poder enganchar un Betis-Mallorca o un Tigre-Aldosivi, su analisis de cada partido era sorprendente, yo no me aguantaria ni diez minutos alguno de esos partidos. Sin embargo los partidos mas importantes, los Newells-Central eran sagrados, si no los veiamos juntos, ella despues me llamaba y hablabamos del partido y si ganaba el auriazul, ella con mucha alegria me felicitaba. Eso si, al otro dia no podia ni escuchar a Tessandori, le parecia demasiado canalla ese periodista.

Ya en el ultimo tiempo, cuando Meme dejo de estar presente en la casa, ya eramos mas grandes y por ende mas obligaciones, aunque siempre que podiamos pasabamos a saludarla por Grandoli. Ya no nos quedabamos tanto tiempo, pero aun asi ella estaba feliz que la casa seguia siendo motivo de encuentro. Me quedaba a dormir a veces para acompañarla y despues me iba a la facu o al trabajo y siempre que podia me llevaba a Monchi conmigo. Mi fiel amigo creo que la pasaba mejor que yo, cada vez que despertaba lo veia a el con un hueso del tamano de un femur comiendolo arriba de la cama, ella le daba todos los gustos y el obviamente no decia que no. El sabia bien donde quedaba la casa y cada vez que pasabamos ladraba o se queria tirar del auto para poder entrar y saludarla.

Ella este 2025 van a ser 10 años que no esta en este plano (yo creo que de alguna manera o otra sigue estando presente y cada tanto me lo hace saber) pero aún así la casa siguió transmitiendo la magia de una manera distinta. La cocina, donde ella siempre pasaba el rato, estaba vacía, su pieza también, la entrada por donde siempre nos saludaba cuando ibamos a visitarla, también no había nadie. La última persona que hábito esa casa nos dejó en octubre del 2015. Pero después de eso llegó el tiempo de acomodar y clasificar las cosas que había en esos interminables y cuántiosos cajones y alacenas. Aparecieron tesoros que muchos de la familia aún guardamos. Aparecieron cosas como: boletos del vapor que trajo a parte de la familia desde Salamanca, España (incluyendo el menú del barco), cartas a amigos y familiares, relojes antiguos, carné de socios de Newell's y Provincial, rosarios y medallitas de la virgen y de los santos y hasta un ahorro que había en monedas del año 1975 si mal no recuerdo. Si, mí colección de moneda creció en parte por los hallazgos que hubo en las piezas de la casa. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario